El 8M no es un dÃa de felicidad, no es un dÃa grato, en donde
el saludo sea el un factor cordial. Las desigualdades, la violencia y la
realidad que nos atraviesa nos muestran que mucho no ha cambiado más allá de
los números que no dejan de escalar. Sin ir más lejos, en lo que va del 2022,
según el observatorio “Ahora que sà nos ven”, se han registrado 51 femicidios
hasta el 28 de febrero, lo que implica un 20% del total de los ocurridos en el
2021 (255).
#8M
Como en marchas anteriores, las organizadoras entregaron
petitorios en los que reclamaron que «se termine la precarización laboral, el
pase a contrato y planta permanente. También pedirán aumentos salariales acorde
a la canasta básica, igual salario por igual trabajo y la apertura de las
paritarias con representación de delegadas mujeres y la inclusión de personas
Lgbtiq+».
Mientras que a la Justicia le exigieron «celeridad y
seguimiento de los casos de violencia de género, el cumplimiento efectivo de
las perimetrales y restricciones. Sumado a la aplicación de la Ley Micaela y
perspectiva de género como requisito obligatorio para el nombramiento de
funcionarias y funcionarios públicos, entre otros reclamos».
Además, en materia de salud, pidieron «la efectiva
implementación de la ley 27.610 de acceso a la interrupción voluntaria del
embarazo sin dilaciones en todo el territorio provincial y que se termine con
las prácticas disciplinadoras hacia las personas que deciden abortar
voluntariamente».
También solicitaron que «se destinen los recursos
materiales y humanos a hospitales del interior de la provincia, que se termine
la violencia obstétrica y mala praxis y que se garantice el acceso a la
ligadura de trompas sin juicios de valor por parte de las y los profesionales.
Entre los pedidos están reclamos vinculados a la educación como la plena
implementación de la Ley Educación Sexual Integral y protocolos de acción para
poner fin a las violencias contra niñas y adolescentes».
“No es momento de homenajes ni regalos, sino un dÃa de
toma de conciencia y es por eso que, desde este Observatorio (Ahora que sà nos
ven), que a diario da cuenta de la violencia más extrema hacia las mujeres,
niñas y compañeras travestis/trans, sostenemos la urgente necesidad de que el
Estado incremente y priorice las medidas destinadas especÃficamente a la
protección y prevención de la violencia de género en todas sus
expresiones".
El Femicida es conocido
Según el informe publicado por el observatorio “Ahora
que sà nos ven”, en nuestro paÃs tenemos un femicidio cada 28 horas y la
mayorÃa de ellos, sucede en la casa de la vÃctima, lo cuál es un factor más que
importante a tener en cuenta para entender lo vulnerables que están algunas
mujeres producto de un Estado que nos les garantiza la seguridad necesaria para
hacer una denuncia: “si los femicidios ocurren en casa, es importante
implementar medidas y herramientas que contribuyan a detectar situaciones de
riesgo y verdaderas oportunidades para que las mujeres que conviven con el
agresor cuenten con las posibilidades materiales para poder apartar al agresor
de la vivienda, o en su caso contar con polÃticas de acceso a la vivienda con
perspectiva de género para que las mujeres en situación de violencia puedan
tener una autonomÃa económica que les permita dejar el hogar en el que su vida
corre peligro”, detalla el informe al respecto.
“Respecto del vÃnculo de la vÃctima con el agresor, en el
86% de los femicidios el femicida pertenecÃa al cÃrculo Ãntimo. Seguimos
observando con preocupación que en el 59% de los casos el femicida era la
pareja o ex pareja de la vÃctima”, señalan
desde Ahora que sà nos ven.
Esta situación se agrava
cuando nos damos cuenta que el 20% de las mujeres que terminó siendo vÃctima
habÃa realizado una denuncia o contaba con alguna medida de protección. Nuevamente
el Estado falla y la exigencia es clara: “queremos un Estado que escuche a las
vÃctimas”.
En #Corrientes el Poder Judicial elaboró un informe
acerca de las denuncias realizadas en materia de violencia de género durante el
2021. Se registraron 2752 casos siendo la primera circunscripción la que más
casos acumula con 933. En cuanto a expedientes también vemos un crecimiento
sustancial: en 2019 se iniciaron 1967, en 2020 3290, y en 2021 3817.
En cuanto al vÃnculo que se establece entre la vÃctima y
el victimario la situación se repite una y otra vez: el 80% sufre violencia a
manos de su pareja, ex pareja, conyugue o conviviente. La situación laboral
también muestra una de las violencias más comunes y menos perceptibles: la
económica. Si le ponemos números un 62% de las vÃctimas no trabaja, mientras
que un 74% de los victimarios sà lo hace, por lo cuál la dependencia de uno
sobre otro en materia monetaria es una necesidad y una de las causas que hace
que una mujer muchas veces vuelva al lugar dónde es maltratada,
Según un informe publicado por el diario El Litoral
en Corrientes los casos de violencia de género han aumentado en un 70%. Las magistradas
Nora Gabriela Chávez Caballero, MarÃa Mercedes Sosa y Nora Alicia Infanta,
titulares de los Juzgados de Familia N°1, N°2 y N°3 de la capital, indicaron
que sólo durante la feria de verano de este año han ingresado 253 causas por
violencia tanto familiar como de género (un 70% más que el mismo periodo del año
anterior).
En cuánto a las causas, las magistradas expresaron que
esa cifra revela al menos dos grandes indicadores “por un lado, la alta
conflictividad social en que está sumergida la sociedad, y la vulnerabilidad
social y económica extrema de las personas —en su gran mayorÃa mujeres— que
acuden a los estrados judiciales para encontrar alguna respuesta”. Además, aclararon
que la justicia no es el organismo que debiera prevenir, porque actúa una vez requerida
la acción, y es potestad de otros organismos del Estado actuar en materia de prevención
y contención. Otra vez, el Estado falta.
La paridad desde el discurso
Desde el 2020 rige en Argentina la denominada Ley Micaela
(se llama asà en conmemoración a Micaela GarcÃa, una joven entrerriana que fue
vÃctima de femicidio en manos de Sebastián Wagner). Si bien la ley exige a
todas las personas que trabajan en los 3 poderes del Estado nacional recibir
capacitación en temas de género y violencia contra las mujeres de manera
obligatoria, poco se conoce de su aplicación en el suelo correntino, ya que
sólo desde el Poder Judicial en varias ocasiones expusieron las acciones que
llevan adelante en esta cuestión.
Por ende, en lo que respecta a los dos poderes restantes,
se desconoce cuál es el número de personas que realizaron la capacitación,
cuáles fueron las temáticas abordadas y/o resultados de lo ejecutado en los
últimos dos años. Estos indicativos denotan las "carencias" a la hora
de legislar con perspectiva de género en las Cámaras, como también en las
acciones de las carteras ministeriales.
En noviembre de 2017 se sancionó la Ley de Paridad de Género que contempla la
representación pública para los primeros cargos cómo para los últimos de la
lista en un 50/50. De todas las provincias de nuestro paÃs, solamente Corrientes,
Tucumán y Tierra del Fuego no han adherido a su aplicación. Si retrocedemos más
allá en el tiempo, nos encontramos con que en 2011 el entonces
gobernador de la provincia, hoy senador por la UCR, Ricardo Colombi, declara
a la provincia como “Pro Vida” a través del decreto N°2870, herramienta que
define como “PolÃtica de Estado en defensa de la Vida”, siendo uno de los
grandes motivos por los cuales en Corrientes no se aplica la ESI.
En 2018, el
actual gobernador Gustavo Valdés, envió el proyecto de ley a la Legislatura con
el objetivo de cumplir con el cupo, y además "no oficializar ninguna lista
que no cumpla con los requisitos que exige la Ley". Además, señaló que
"los distintos géneros deben sentirse representados". Oh casualidad,
ese mismo año no hubo quorum en el Senado de la provincia y por eso el proyecto
tuvo que pasar a tratarse en el 2019 (Solamente ese año tuvieron 28 sesiones,
lamentable).
En 2020 Valdés vuelve a enviar el proyecto para que sea tratado en el recinto, pero en este caso agrega también a la propuesta el Voto Joven: “para seguir progresando como sociedad y darles la oportunidad a los jóvenes de elegir representantes y asegurar la igualdad en polÃtica”, señala el gobernador. Ese mismo año, el cinco de julio, la diputada por el Frente de todos, Alicia Meixner presenta un proyecto que tenÃa por objetivo “establecer la paridad de género en los tres poderes del Estado y en los Partidos PolÃticos”.
Somos la única provincia del NEA que no cuenta con Ley de
Paridad y una de las tres del paÃs que no la aplica. Además, si vemos la
constitución del gabinete de ministros de Valdés nos encontramos con que, de 14
ministerios, solamente dos están ocupados por mujeres: El ministerio de
Educación y el de Industria, Trabajo y Comercio. Si lo comparamos con la
gestión 2017-2021, solamente incorporó una mujer a su gabinete (al ministerio
de Industria). Sin embargo, el gobernador insiste en que desde el ejecutivo “venimos
incorporando y dándole fuerza a la mujer, sabemos que tienen un rol especial,
especÃfico, central y les deseamos muchÃsima suerte en el ejercicio de sus
funciones”.
El cambio también es nuestro
Muchas veces nosotros como hombres creemos que el feminismo
sólo es una lucha de extremos por ver quien se impone a quién. Como sociedad
hemos generado un sistema cultural heteropatriarcal que nos ha configurado y nos
ha programado de una sola forma posible. No nos damos cuenta de muchas de las
injusticias y vulnerabilidades a las que están expuestas, ni mucho menos somos conscientes
del daño que hacemos a la hora de reproducir muchas de esas cosas que hacen
mal.
Cuándo hacemos un chiste misógino, cuando pasamos una
foto Ãntima que alguien nos confÃa, cuándo ignoramos la opinión de nuestra
compañera de trabajo, cuándo le queremos explicar a una mujer que es
especialista en determinado oficio o profesión lo que tiene que hacer porque
como somos hombres nosotros sabemos más, incluso cuando la especialista es
ella; cuándo decimos que las mujeres no opinan de fútbol ni de polÃtica porque
no entienden, cuando le asignamos un género a los colores (el azul es de nene y
el rosa de nena); cuando le asignamos un rol (generalmente maternal) a
cualquier función, cuando decimos que las mujeres generan un mal clima laboral
porque son complicadas, cuando trabajan aún mejor que nosotros y ganan la mitad,
cuando seguimos ignorando el grito de ayuda, la falta de empatÃa; cuando nos
apropiamos de su manera de vestir, su corte de pelo, su forma de relacionarse
con la vida… cuando reproducimos una estructura ancestral que hoy está puesta
en jaque somos cómplices.
Nadie es un
violador confeso, ni un abusador, tampoco son vÃctimas, ni enfermos. Son el
producto de un sistema que no condena, permite y reproduce estas acciones. Sino
frenamos el chiste, sino frenamos el comentario, sino frenamos el piropo, si
seguimos compartiendo fotos Ãntimas o videos, si las contamos como si fuesen un
premio y no les damos el valor que merecen por ser personas, somos cómplices.
Sino entendemos que es un problema socio cultural que
requiere de acción y atención inmediata, y sino entendemos que el cambio somos
nosotros, todo va a seguir igual. Ellas van a seguir muriendo, y siempre es
culpa nuestra.